Capullo
>> martes, 8 de diciembre de 2009
Lo siento.
Lo siento por ser un capullo.
Lo siento por no ser perfecto.
Lo siento, mundo, por no ser como los demás. Por no saber hablar retóricamente de la vida, ni del amor. Por desconoer la forma de sacar extractos cojonudos de algún libro que nadie ha leído. Por no saber poner una canción "perfecta" a una imagen.
Lo siento por no ser ese héroe, ese galante guapo e increíble al que a todas vuelve locas. Cómo lamento haberme perdido esa clase de "perfeccionismo liberal".
Lo siento si todo me importa una mierda, a dónde se esté yendo el país, o a qué nos conlleva esta política. Y qué si admito que solo busco mi bienestar. El ser humano lleva siendo un ególatra desde tiempos inmemoriables; ahora está de moda desechar el egocentrismo. Y luego nos quejamos de que alguien nos ha jodido.
Lo siento si me importa un cojón quién ha muerto, qué hizo y con quién estuvo casado. ¿Para qué buscarle un doble sentido a las canciones? Solo tienen sentido para sus creadores, al igual que los escritos: solo los entenderá el escritor.
Lo siento por no saber dejar de lado a mis colegas y fingir que todo sigue igual.
Lo siento por no tener una pareja y centrarme solo en ella, y olvidarme de lo demás.
Lo siento por sentirlo tanto, cuando en realidad me importa un pimiento. Tachar a la humanidad de hipócritas está mal visto, y me llamarán hipócrita a mí. Pero da igual, si yo os llamo hipócritas es porque lo soy también.